sábado, 14 de mayo de 2011

Engaño en el aterrizaje lunar?

Aunque este tema ya lo he tratado con el vídeo piloto con el cual se lanzó  el programa español "escépticos", en donde con argumentos fuertes y opiniones expertas en la difícil tarea de los viajes espaciales se explica de manera clara el porque la teoría del falso alunizaje es un falsedad en sí misma, necia y alejada de la ciencia, sacada de los manuales de "conspiración" que tanto atraen a las personas, a pesar de esto me veo en la necesidad de retomar el tema, puesto que  la mayoría de personas aun  lo consideran un engaño a pesar de el peso de la evidencia a favor de la llegada a la luna y de la pobreza de los "argumentos" en contra.

Para este fin me apoyare en un lindo texto que me encontré navegando por la pagina oficial de la NASA y que a continuación les comparto textualmente esperando que aquellas personas (que se que no serán pocas) que aun piensen que es un engaño lo mediten con más rigor:

El Gran Engaño del Aterrizaje en la Luna

Las rocas lunares y el sentido común demuestran que los astronautas del Apolo realmente visitaron la Luna.


23 de febrero, 2001 -- La semana pasada timbró el teléfono. Era mi madre... y estaba molesta.
"¡Tony!" exclamó, "Acabo de regresar del café del pueblo y un hombre [adjetivo omitido] dijo que la NASA nunca aterrizó en la Luna. Todo el mundo hablaba de eso....¡No supe qué decir"!
Me costó mucho tragarme esto último. Mi mamá siempre sabe qué decir.
Pero la polémica que ronda en el café de su pueblo y en lugares similares a lo largo y ancho del país es todavía más increíble. Después de una larga ausencia, el "engaño del aterrizaje en la luna" ha regresado.
 El astronauta Buzz Aldrin en la superficie de la Luna en 1969. 
Todos los rumores sobre el aterrizaje en la Luna se desataron el 15 de febrero, cuando el canal Fox de televisión transmitió un programa llamado Teoría de la conspiración: ¿Aterrizamos en la Luna? Los invitados al programa sostenían que la tecnología de la NASA en los sesentas no estaba lo suficientemente desarrollada como para realizar un alunizaje. Por el contrario, ansiosa por ganar la carrera del espacio de cualquier manera, la NASA montó en el programa Apolo estudios de cine. Las históricas pisadas de Neil Armstrong en otro mundo, los animados paseos en coche lunar, hasta el golpe de golf de Al Shepard sobre Fra Mauro-- ¡eran mentira!
Afortunadamente, los soviéticos no pensaron en la farsa primero. Podrían haber filmando falsos alunizajes y realmente haber desconcertado al resto del mundo.
Programas como Teoría de la conspiración deben mirarse con la misma ironía con que se presentan. Desgraciadamente, había suficiente seriedad en el programa de Fox como para preguntarse si los productores del programa no habrían caído en su propia trampa.
Según el programa, la NASA era una mala productora de películas hace treinta años. Por ejemplo, las autoridades en Teoría de la conspiración señalaron una supuesta discrepancia en las imágenes del Apolo: las fotografías de los astronautas transmitidas desde la Luna no incluyen a las estrellas en el oscuro cielo lunar --¡un obvio error de producción! ¿Qué pasó? ¿ Se olvidaron los cineastas de la NASA de prender las constelaciones?
La mayoría de los fotógrafos saben la respuesta: capturar algo muy brillante y algo muy pálido a la vez es muy difícil --las emulsiones típicas no tienen suficiente "rango dinámico". Los astronautas saltando en el brillante suelo lunar con sus trajes espaciales iluminados por el Sol, literalmente, deslumbraban. Ajustar la cámara a la exposición apropiada para capturar un deslumbrante traje espacial hace que las estrellas en el fondo sean demasiado débiles para verse.
He aquí otro fallo: en las fotografías de los astronautas del Apolo plantando una bandera estadounidense en la Luna se ve la bandera doblándose y ondeando. ¿Cómo puede ser? Después de todo, no hay brisa en la Luna...
 Neil Armstrong y Buzz Aldrin despliegan una bandera estadounidense en la Luna en 1969. 

No todas las banderas ondeantes necesitan viento -- al menos, no en el espacio. Al plantar la bandera, los astronautas la giraban para penetrar mejor el suelo lunar (cualquier persona que haya plantado una tienda de campaña sabe como funciona esto). ¡Por eso ondeaba la bandera! Desplegar un pedazo de tela con gran ímpetu terminará probablemente en ondas y dobleces -- ¡sin necesidad de brisa!
El documental de la Fox continuó con muchos otros puntos engañosos. Usted puede encontrar refutaciones detalladas de cada uno de ellos en las páginas de internet BadAstronomy.com y Moon Hoax. (Estos son sitios independientes, que no cuentan con el patrocinio de la NASA.)
Sin embargo, el sentido común es suficiente para rebatir las alegaciones del "Engaño sobre el aterrizaje en la Luna". La evidencia de que el programa Apolo realmente ocurrió es apremiante: una docena de astronautas (cargados de cámaras) caminó sobre la Luna entre 1969 y 1973. Nueve de ellos están vivos y pueden testificar sobre su experiencia. Tampoco regresaron de la Luna con las manos vacías. Así como Colón regresó con unos cientos de indígenas a España como evidencia de su viaje al Nuevo Mundo, los astronautas del Apolo regresaron con 382 kilogramos de rocas lunares a la Tierra.
"Las rocas lunares son absolutamente únicas", dice el Dr. David McKay, Jefe Científico de Ciencia Planetaria y Exploración en el Centro Espacial Johnson de la NASA. McKay es miembro del grupo que supervisa el Laboratorio de Muestras Lunares en el Centro Espacial Johnson donde se almacenan la mayoría de las rocas lunares. "Difieren de las rocas terrestres en muchos aspectos", añade.
"Por ejemplo", explica el Dr. Marc Norman, geólogo lunar de la Universidad de Tasmania, "las muestras lunares casi no tienen agua atrapada en su estructura de cristal y las substancias comunes como minerales arcillosos omnipresentes en la Tierra están totalmente ausentes en la rocas lunares". 
"Hemos encontrado partículas de vidrio fresco en las rocas de la Luna producto de explosiones de origen volcánico y de impactos de meteorito de hace más de tres mil millones de años", añade Norman. "La presencia de agua en la Tierra rápidamente rompe el vidrio volcánico en unos cuantos millones de años. ¡Estas rocas han venido de la Luna!"
Una esfera de vidrio (de unos 0.6 mm de diámetro) producto de un impacto de meteorito con el suelo lunar. Los rasgos en la superficie son salpicaduras de vidrio, fragmentos de mineral soldados, y microcráteres producto de los procesos climáticos del espacio en la superficie lunar. Imagen SEM por D. S. McKay (NASA Photo S71-48109).
Afortunadamente, no se necesita un título en química o geología para entender toda la evidencia. Cualquier persona que sostenga en su mano una roca lunar puede darse cuenta de que el espécimen viene de otro mundo.
"Las rocas lunares del programa Apolo están perforadas con diminutos cráteres producto de impactos con meteoroides", explica McKay. Esto puede suceder solamente con rocas de un planeta con poca o ninguna atmósfera... como la Luna.
Los meteoroides son partículas de polvo de cometa casi micróscopicas que vuelan en el espacio a velocidades a menudo de más de 50,000 millas por hora -- diez veces más rápido que una bala. Tienen una fuerza considerable pero también son extremadamente frágiles. Los meteoroides que golpean la atmósfera de la Tierra se desintegran en el aire enrarecido encima de nuestra estratosfera. (De vez en cuando, en una noche oscura, se puede ver uno -- se llaman meteoros). Pero la Luna no tiene una atmósfera que la proteja. Las diminutas balas espaciales pueden atravesar directamente las rocas lunares, formando inconfundibles cráteres miniatura. 
"Existen muchos museos, incluyendo el Smithsonian y otros, donde los visitantes pueden tocar y examinar las rocas de la Luna", dice McKay. "Usted mismo puede ver los pequeños cráteres metereoides".
Arriba: Esta roca lunar, apodada "Gran Muley", pesa 11.7 kg y es la roca más grande que trajeron los astronautas del Apolo a la Tierra. Un lado de "Gran Muley" fue acribillado por meteoroides". Abajo : Un primer plano de un pozo de 1 mm de diámetro muestra diminutos cráteres alíneados con vidrio negro rodeado de un un halo blanco de roca golpeada.
Al igual que los meteroides, los rayos cósmicos también dejan sus huellas en la Luna: los isótopos. "Lon isótopos en rocas lunares son creados por reacciones nucleares a los rayos cósmicos de alta energía. Normalmente no encontramos isótopos en la Tierra", dice McKay. La Tierra está libre de esa radiación gracias a la protección de la atmósfera y la megatosfera.
Aunque los científicos quisieran fabricar una roca lunar, bombardeando una roca de la Tierra con alta energía atómico nucleíca, por ejemplo, no podrían lograrlo. Los aceleradores de partículas más potentes de la Tierra no pueden dar energía a partículas equivalentes a los más potentes rayos cósmicos, que son acelerados en explosiones de supernova y en los violentos núcleos de las galaxias.
De hecho, dice McKay, falsificar una roca lunar lo suficientemente bien como para engañar a un ejército internacional de científicos puede ser más dificil que el Proyecto Manhattan. "Sería mucho más fácil ir a la Luna y traer una," agregó con sarcasmo.
He ahí una idea original: ¿fue la NASA a la Luna para recolectar los accesorios para representar un alunizaje? Los productores de televisión podrían considerarlo para el próximo episodio de "El engaño sobre el aterrizaje en la Luna".
"Aquí en mi oficina tengo una pila de 10 pies de libros científicos llenos de artículos sobre las rocas lunares del Apolo", añade McKay. "Investigadores en miles de laboratorios han examinado las muestras del Apolo -- ¡ni un solo artículo cuestiona su origen! Y estos no son empleados de la NASA. Hemos prestado muestras a científicos en docenas de países [que no tienen ninguna razón para colaborar con ninguna farsa]".
Incluso el Dr. Robert Park, director de la Sociedad Americana de Física en Washington y crítico eminente del programa humano espacial de la NASA, está de acuerdo con la agencia espacial en este asunto. "La cantidad de evidencia física de que los humanos caminaron en la Luna es simplemente abrumadora".
"Fox debería seguir haciendo fábulas", agrega Marc Norman. "Yo soy un gran seguidor de ¡Los Simpsons"!