martes, 25 de enero de 2011

Credulidad Ejemplarizante (parte 1)


A todas estas aún se preguntarán ¿de qué me sirve ser un poco más escéptico?...
La siguiente es la primera de varias publicaciones que nos ayudaran a ilustrar como las personas, aunque nos resistamos a creerlo, podemos ser presas fáciles de numerosos engaños, explicables solo por nuestra falta de rigor y bajos estándares de escepticismo; se trata pues de una serie de ilustrativos engaños elaborados a través de la historia, que dejan en evidencia lo predispuesta que está nuestra naturaleza humana a caer sin mayor reparo en situaciones que se nos presentan asombrosas, fantásticas y solo explicables por afirmaciones extraordinarias (que nunca tienen pruebas extraordinarias), pero que al final resultan siendo nada más que engaño.

Entrando en materia, el primero de estos casos y que particularmente me llama la atención, es la historia de un engaño elaborado por James Randi, mago y promotor de la ciencia, que ha dedicado gran parte de su trayectoria a desenmascarar a impostores y estafadores de las pseudociencias, y que hoy por hoy es uno de los más grandes promotores del pensamiento escéptico y la ciencia como arma liberadora de nuestras sociedades y ¿quién mejor que un mago para mostrar la predisposición de la gente hacia lo increíble y místico?

“En una tierra lejana de los mares del Sur corrió el rumor que había un hombre muy sabio, un curandero, un espíritu personificado. Podía hablar a través del tiempo. Era un Maestro Ascendido. Venía, decían. Venía...”

Este era el encabezado de la artimaña creada por Randi en asociación con la cadena “Sixty Minutes” de Australia, en la cual se pretendía elaborar un engaño desde el principio y probar que tan susceptible era la gente hacia la credulidad, por allá en 1987. Partieron de cero en todo, el personaje principal de la treta era un joven escultor llamado José Luis Álvarez quien se prestó sin mayor reparo, no tenía ninguna experiencia actoral ni de manejo de medios, era la persona idónea para el caso; después de esto comenzaron la preparación de los actos y personificaciones que José debía interpretar ( con el conocimiento que Randi tenía sobre ilusionismo) , como el del personaje que se apoderaría de él y saldría a la luz, un ser llamado Carlos, un ente de dos mil años con sabiduría antigua que luego de un accidente en moto se apoderó de su cuerpo y se manifestaba a través de él dando el conocimiento de la nueva era al mundo;  y así fue que comenzaron a planear la forma de hacerse notar y llamar la atención de los medios y vaya que si lo hicieron…

Los medios de comunicación se tragaron el anzuelo, tabloides no dejaban de publicar la gran noticia con comentarios como: “Los que lo han visto jamás lo olvidarán. De pronto, el artista joven y brillante que les está hablando parece titubear, se le reduce el pulso peligrosamente y prácticamente se detiene hasta la muerte. El auxiliar médico asignado para mantener una vigilancia constante está a punto de hacer sonar la alarma.
Pero entonces, con un latido poderoso, le vuelve el pulso... más rápido y fuerte que antes. Es evidente que la fuerza de la vida ha regresado al cuerpo... pero la entidad dentro de este cuerpo ya no es José Luis Álvarez, un hombre de diecinueve años cuyas singulares cerámicas pintadas se exhiben en las casas más lujosas de Norteamérica. Dentro de su cuerpo ha ocupado su lugar Carlos, un alma antigua cuyas enseñanzas serán al mismo tiempo un trastorno y una inspiración. Un ser que atraviesa una forma de muerte para dar paso a otra: éste es el fenómeno que ha hecho de Carlos, canalizado a través de José Luis Álvarez, la nueva figura dominante de la conciencia de la Nueva
Era. Como dice incluso un crítico escéptico de Nueva York: «El primer y único caso de canalizador que ofrece una prueba tangible, física, de un cambio misterioso dentro de su fisiología humana.»”


El primer medio de prensa en cubrir la “gran noticia” incluía cantidad de “pruebas” como entrevistas radiales concedidas en USA a la emisora WOOP, un video de una majestuosa recepción del publico luego de uno de sus “desdoblamientos”  en un teatro estadounidense, una lista de sus principales apariciones en norteamerica,  así como una referencia de un especial televisivo sobre el fenómeno de la “entidad” llamada Carlos, todo estaba servido para lo que vendría…

Los programas televisivos no tardaron en sumarse a la corriente de efervescencia causada por “Carlos”  a su llegada a Australia, con apariciones imponentes de un ser letrado y sabio, en varios programas se entrevisto a “Carlos” que junto con su manager (que también fue entrenado desde cero para las actuaciones del caso) daban impresionantes actuaciones de desdoblamiento en donde aparecía este maravilloso ente, pero que ante cualquier pregunta con algo de escepticismo se mostraba reacio y hasta furioso y abandonaba el escenario, incluso habiendo arrojado un vaso con agua a uno de sus entrevistadores al cuestionar la veracidad del caso.

Luego de una apoteósica presentación en el teatro Dramático de la Casa de la Opera de Sydney, con entrada libre, el público que abandonó el escenario no daba crédito a lo “sobrenatural” del asunto y a pie juntillas y bajo incluso algunas lagrimas de conmoción, aseguraban haber presenciado uno de los eventos más maravillosos de sus vidas… había nacido un nuevo salvador.

El domingo siguiente, el programa de televisión “Sixty Minutes” daba la noticia del engaño, revelando de principio a fin los pormenores del suceso con la intención de “explorar la facilidad con que podía crearse un curandero o gurú para embaucar al público y los medios de comunicación” y para ello habían acudido a un experto en el arte del engaño en masa, el mago James Randi.  El programa revelo como mediante un pequeño micrófono en la oreja de José Luis Álvarez, Randi impartía instrucciones precisas sobre lo que tenía que decir en cada momento desde rincones ocultos en donde pasaba desapercibido, todas las afirmaciones como las entrevistas radiales en estados unidos a la WOOP (no existe ninguna emisora en Estados Unidos llamada así!!!), el itinerario de las presentaciones, el video en donde el publico los recibía con tremendos aplausos en un teatro de Estados Unidos eran falsos, el video fue una colaboración de los magos Penn Y Teller, amigos de Randi que después de una actuación pidieron al publico que aplaudiera mientras José y su manager salían hacia el escenario.

Los medios de comunicación australianos estaban indignados, los habían ridiculizado, o mejor dicho, se habían ridiculizado ellos mismos, un programa de televisión había puesto en evidencia la poca calidad de sus filtros de información, nunca se tomaron la tarea de averiguar las fuentes presentadas, las entrevistas, videos y demás en USA que supuestamente daban credibilidad a la figura de “Carlos” (¿será que algo similar ocurre en Colombia? O pero ¿en el mundo con la calidad de información y el rigor que recibimos de los medios?).

La indignación no solo tocó a los medios, las personas  se sentían timadas (aunque fuese por sus propias falencias críticas) e incluso, por sorprendente que parezca, muchas de ellas aun no daban crédito a la falsedad del asunto y se negaban a creer que era un engaño, seguían convencidas que el suceso que habían presenciado era real.

Lo que esto demuestra es lo proclives que somos a “creer” sin evidencias concretas, lo tanto que anhelamos sucesos extraordinarios, alejados de la realidad y la importancia de una capacitación escéptica de nuestras sociedades, ahora bien, ¿cuantos “Carlos” más nos habrán vendido?  Después de esto ¿no sería justo tomarnos un tiempo para analizar nuestros criterios y estándares de credulidad y escepticismo? Bien valdría la pena hacerlo, ya que engaños como estos abundan por doquier  y debemos ser conscientes de lo falible de nuestra humanidad y ya podremos imaginar lo peligrosos que pueden resultar con personas sin escrúpulos que inventen curanderos, videntes y demás, que pueden costar no solo uno que otro bochorno a quien se lo cree, sino vidas mismas de personas que depositan sus temores en ellos.

Siempre habrá quien nos quiera embaucar, pero siempre tendremos las capacidades y herramientas necesarias para valorar esas afirmaciones, son las armas del pensamiento crítico y escéptico que nos han sido legadas…

Nota: La información a que sirvió de base para la realización de este escrito, fue tomada de diversas fuentes, entre ellas “el mundo y sus demonios de Carl Sagan”, la fundación Educativa  james Randi  y  http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Mediumship

ANDRES MAURICIO CAPACHO LAITON







3 comentarios:

morfo dijo...

pero Albert creia en Dios no?.

Capablanca dijo...

para nada, para él dios era el universo, pero no como un ente sobrenatural, checa esto http://www.taringa.net/posts/offtopic/14526011/Un-Joven-llamado-Albert-Einstein.html

chacon dijo...

sabia q einstein en una carta a eric gutkind enviada en enero del 54 dijo:

“La palabra Dios no es para mí más que la expresión y el producto de la debilidad humana, la Biblia una colección de honorables, pero aun así primitivas leyendas que son, no obstante, bastante infantiles. Ninguna interpretación, no importa cuán sutil sea, puede (para mí) cambiar esto”. ;)